La tecnología de los equipos permite la generación de energía a través del ejercicio.

“¿No sería excelente si la gente pudiera generar electricidad mientras se ejercita?” Este fue el pensamiento del profesor americano Adam Boesel cuando decidió montar el plan de negocios de su primer gimnasio. Y así nació “The Green Microgym”, un modelo de gimnasio sustentable que está teniendo mucho éxito entre los ambientalistas en los Estados Unidos.

Para que su negocio se transformara de hecho en un gimnasio sustentable, Adam desarrolló, en 2008, un modelo de máquina capaz de convertir el ejercicio físico en generador de energía y conectada a la red. El año pasado, con su proyecto consolidado, Adam vendió sus dos instalaciones de gimnasio sustentable en Portland, Oregon, para concentrarse en ayudar individuos, escuelas y gimnasios existentes en todo el mundo a que sean más sustentables.

Potencial energético e inversión en sustentabilidad

Si construidos y utilizados correctamente, los equipos del gimnasio sustentable pueden utilizar aproximadamente un 85% menos de energía eléctrica. Un miembro de la The Green Microgym ahorra cerca de ¼ de tonelada de carbono al ser comparado a un alumno de un gimnasio tradicional.

Activo desde 2009, el proyecto ha generado un 20% de la energía eléctrica consumida mensualmente en el gimnasio sustentable, combinando el desempeño humano durante las actividades con la captación de energía solar. Con eso, 444 mil kilowatts-hora son ahorrados, lo que equivale a 195 hectáreas de árboles plantadas, menos gastos de energía eléctrica y en la factura de agua.

La propuesta del gimnasio sustentable es ofrecer un espacio de entrenamiento cómodo y eficaz y que también pueda ser autosustentable. Además de la producción de energía a través de los equipos de ejercicios cardiovasculares (elípticos y bicicletas), The Green Microgym cuenta con:

  • Ambientes que permiten la reducción de un 60% de las emisiones de carbono con el uso del espacio;
  • Escaleras mecánicas que usan un 30% menos de energía eléctrica que los modelos regulares;
  • Luces, televisores y aparatos de refrigeración controlados por sensores y que solo son activados cuando es necesario;
  • Uso de papel reciclado y material de construcción eco-friendly, incluyendo goma reciclada;
  • Paneles solares instalados en el exterior del edificio;
  • Iluminación fluorescente y de LED en todos los ambientes.

Otro punto interesante del gimnasio sustentable es que no hay venta de agua embotellada, con el objetivo de incentivar el uso de botellas de acero reutilizables para evitar el consumo de plástico.

Interesante, ¿verdad? ¿Se ha planteado como sería tener un gimnasio sustentable en su condominio? ¡Ojalá Adam logre expandir cada vez más esta idea para hacer que el proyecto llegue a otras partes del mundo! 🙂

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