Con independencia de creencias o religiones, estar rodeado de verde suele sentar muy bien a la gente. Sentir la energía de la naturaleza es revitalizante, además de ser muy bueno para la salud. Barry Cox es un neozelandés enamorado de los árboles e iglesias. Durante sus viajes, siempre reservaba buena parte del día para visitar parques e iglesias. Hasta que, al volver a su tierra natal, decidió construir su propia capilla, uniendo sus dos grandes pasiones, estar rodeado de verde suele sentar muy bien a todo el mundo.

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Imagen: Caters News

Cox tenía una hacienda en el distrito de Horowhen, una región rural de Nueva Zelandia. Enamorado del verde, plantó cuatro mil árboles en su terreno, lo que ha dejado el lugar exuberante y mucho más vivo. Para poner en práctica el deseo de construir su propia capilla, Cox  ha analizado diversas especies nativas hasta encontrar la ideal para su ambicioso proyecto: el árbol Alnusimperialis.

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Imagen: Caters Nrews

Una vez elegida la especie principal, Barry proyectó y creó la capilla, que en un principio, sería un espacio exclusivo para su familia. Sin embargo, el resultado final salió tan bien que decidió abrir el espacio a vecinos y turistas. Además, de la capilla y de todo el verde que la rodea, Cox también plantó un lindo jardín, que cuenta incluso con un laberinto.

capela-de-arvore-tree-church-03Conocida como TreeChurch (iglesia-árbol, en traducción libre), el lugar se volvió una atracción turística de la zona. Además de las visitas en día y horas estipulados, la capilla es constantemente alquilada para bodas y otros eventos. Una de las principales preocupaciones de Cox es mantener el espacio siempre limpio y preservado y, para esto, estableció algunas reglas que deben ser seguidas por quienes van a este precioso espacio verde.

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En el lugar está prohibido fumar y llevar mascotas. Niños menores de 12 años solo pueden entrar mediante autorización de la administración. No hay venta de bebidas y comidas en el espacio, sin embargo, se permite la realización de picnics, siempre que los visitantes recojan todos los residuos y no lleven los alimentos a la zona de la capilla. Hay aparcamiento en el lugar y varias especies de árboles y plantas para el disfrute de vecinos y turistas.

El único detalle complicado es tener que ir al otro lado del mundo para realizar este deseo (risas). ¡Compartan este post con sus amigos y vecinos! 🙂

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