Utilizar la bici no solo para pasear, sino también como medio de transporte no es solo una tendencia en varios países del mundo, sino una realidad. En muchas ciudades, las personas son estimuladas a usar la bicicleta desde niños, lo que hace que forme parte de la cultura de movilidad urbana de estos lugares.
Garantizar la seguridad de los ciclistas es el primer paso para que la bici se transforme un medio de transporte eficiente y, para esto, algunas medidas deben ser tomadas, como la construcción y manutención de ciclovías, la inversión en la señalización adecuada que incluya este medio de transporte y la construcción de aparcamientos para las bicis.
A pesar de que la inversión en ciclismo ha crecido en los últimos años, las ciudades sudamericanas todavía están lejos de ser modelos en este sentido. Desde hace casi dos años, la Copenhagenize Design Company, una consultoría que promueve el uso de bicicletas como medio de transporte, difunde un ranking con las mejores ciudades del mundo para los ciclistas. La última lista publicada reúne 20 ciudades, 17 de ellas en Europa. Además de que ninguna ciudad brasileña esté en la lista, la única sudamericana que aparece es Buenos Aires, en la 14ª posición. Montreal, en Canadá, y Minneapolis, en los EUA, son las otras ciudades fuera de Europa que también fueron recordadas.
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Las dos ciudades que encabezan la lista, Copenhague y Ámsterdam, hace años que son referencias al hablar del uso de la bici para la movilidad urbana. En estas ciudades, además de las constantes inversiones hechas por el Gobierno, la cultura del ciclismo forma parte del DNA de la población.
La adhesión a las bicis ha crecido bastante en varias partes del mundo, motivada principalmente por los enormes atascos diarios. La mala noticia es que un atasco significa más coches en las calles y, como consecuencia, más contaminación. Por esto, hacer que la movilidad urbana sea más sustentable es un objetivo tan importante. Así, incentivar el uso de las bicis como medio de transporte puede ser una excelente opción.
Recientemente, países como Noruega y Hungría anunciaron que invertirán fuerte en la construcción de ciclovías, lo que muestra que, para estos países, el ciclismo ya es visto como prioridad. Si los países de América Latina pretenden que la cultura del ciclismo también sea inserida en su sociedad, será necesario seguir el mismo camino.
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No hay duda de que pedalear es necesario, ya que mejora la calidad del aire, proporciona la práctica de una actividad física y hace posible la movilidad sustentable. Pero, invertir en la construcción y ampliación de ciclovías, desestimular el uso del automóvil y crear políticas de incentivo al uso de bicicletas, ¡también lo es!
